miércoles, 23 de mayo de 2007

Nuevo indicio de un pasado con agua en Marte


El equipo del vehículo explorador Spirit de la NASA, que lleva ya tres años investigando in-situ las rocas y el suelo del planeta Marte, acaba de anunciar un nuevo indicio de un pasado donde el agua debió jugar un papel importante en la geología marciana. Como muestra la imagen, la Spirit se ha dedicado a escarbar en el suelo y lo que se ha encontrado ha conmocionado a los científicos: las capas de material justo debajo de la superficie contienen grandes cantidades de dióxido de silicio (SiO2). Más conocido como sílice, se trata del compuesto químico principal de la arena, y que da lugar al cuarzo y al ópalo. Por lo visto, tal concentración de sílice sólo puede explicarse por la actuación de grandes cantidades de agua, que obviamente, ya se han evaporado del planeta rojo. Sin embargo, hoy todavía podemos contemplar las marcas que dejó el líquido elemento en el terreno, que han permanecido inmutables durante millones de años.

El hallazgo se ha realizado en el cráter Gusev, donde la Spirit ha encontrado otros indicios de la presencia en el pasado de agua marciana, como pueden ser: surcos en la tierra de lo que parecen ser antiguos ríos, suelos ricos en azufre, minerales alterados, así como evidencias de vulcanismo explosivo.

jueves, 10 de mayo de 2007

Descubierto el planeta más caliente hasta la fecha


Se han anunciado esta semana los resultados de la medición de la temperatura en el planeta extrasolar HD 149026b, que gira alrededor de la estrella HD 149026 de la constelación de Hércules. Los astrónomos han usado el telescopio espacial Spitzer, que sondea el espacio en el rango del infrarrojo. Da la casualidad de que el planeta pasa en ocasiones por delante y por detrás de su propia estrella, es decir, desde el punto de vista de la Tierra, se producen pequeños eclipses llamados tránsitos. Midiendo la diferencia de radiación en uno y otro caso, han podido deducir la temperatura del planeta, y el resultado ha sido asombroso: HD 149026b se halla a 2038ºC (no a 3700ºC, como informa erróneamente el diario El Mundo, que ha confundido los grados Celsius y los Fahrenheit). Se trata de la temperatura más elevada conocida para un planeta, incluso más caliente que algunas estrellas poco masivas.

Este planeta, que orbita alrededor de su estrella en sólo 2.9 días, es del tamaño de Saturno y se encuentra a unos 256 años-luz de la Tierra. Se sospecha que el núcleo central debe ser unas 70 a 90 veces más pesado que nuestro planeta. El hecho de que la temperatura sea tan elevada hace pensar a los astrónomos que no se producen grandes vientos que ayuden a mitigar el elevado calor reinante en dicho astro. Más bien, se lo imaginan como el planeta más negro conocido, en el sentido de que debe absorber la mayor cantidad de radiación posible, pasa así alcanzar temperaturas tan extremas.

martes, 8 de mayo de 2007

Madrid apuesta de lleno por la contaminación lumínica


He quedado horrorizado cuando este fin de semana pasado el alcalde de Madrid, Ruiz Gallardón, se jactaba de la maravillosa nueva iluminación del río Manzanares y su entorno. 9000 bombillitas azules a la orilla del maltratado río, iluminación para los arcos de los numerosos puentes (Rey, Segovia, Toledo, San Isidro, Praga, Princesa), luz a mansalva para decorar edificios históricos (antiguo Matadero, Mercado de Frutas y Verduras), en definitiva, un sinfín de inútiles farolas que derrochan energía y contaminan el ya tan fastidiado cielo de Madrid. Se me ponen los pelos de punta al pensar que las luminosas "flores de loto", de 2 m de altura, serán ¡¡visibles desde varios km de distancia!! (cita textual de la web del Ayuntamiento de Madrid).


El siguiente fragmento de la nota de prensa no tiene desperdicio: "La iluminación del río responde a criterios estéticos, pero también de sostenibilidad y eficiencia energética. Para evitar la contaminación lumínica, el haz luminoso que proyecta la luminaria se ha limitado, siempre que ha sido posible, a la superficie específica a iluminar y minimizando el flujo luminoso fuera de ella". O sea, que las ponen sólo porque quedan bonitas y además nos quieren hacer creer que la contaminación lumínica es mínima, cuando salta a la vista que es todo lo contrario.


Señores políticos, tal y como reza el lema de una compañía de electricidad ("la mejor energía es la que no se consume"), les diría que la iluminación que menos contamina es la que no luce. No necesitamos ver el cielo de Madrid iluminado por las noches. ¡Cuántos aficionados madrileños a la Astronomía nos lamentamos de vivir en una ciudad que tanto contamina y que tan poco hace por cuidar su patrimonio celeste! Lo que deben hacer es corregir las farolas que lanzan inmensos e inútiles chorros de luz hacia arriba, para que manden la iluminación ahí donde se necesita: en las aceras, en las calzadas de las calles. ¡Cuántos pasos de peatones están estratégicamente mal iluminados en calles repletas de farolas! ¿A cuántos km de Madrid tendremos que huir para escapar del gran hongo de contaminación lumínica que caracteriza a la capital! Por favor, ahora que se acercan elecciones, permítannos hacer realidad aquel dicho tan famoso: "De Madrid, al Cielo".